lunes, 12 de marzo de 2018

GENEALOGIAS DE MATARUCA





Hernan Blanco





Quien no ha puesto en práctica en mensaje de Jesús de amar al prójimo como así mismo difícilmente podrá conocer y mucho menos apreciar el valor  de la propia vida que posee y la que le rodea; nunca podrá entender la esencia misma de la raza humana, mezcla infinita de genes culturas y saberes que procede de tiempos inmemorables con la emergencia de la familia primitiva, a la cual ciertamente nos encontramos todos los seres  humanos estrechamente vinculados.
El que ama la raza humana se amará así mismo,  amara a su familia y será capaz de rendir culto de veneración a sus antepasados.      
En lo personal yo siento un gran afecto por la familia que no conocí y la que no  conozco que aún vive en algún lugar de este mudo. A todos los amo, aunque ignoren mi existencia y les importe un rábano el nexo físico espiritual indestructible que nos une por medio de la sangre, los genes y un mismo principio de vida e historia común.

Mi primer trabajo sobre investigación genealógica los realice durante mi ejercicio docente en  la Escuela Bolivariana Mataruca del Municipio Colina.
Todo comenzó con un fuerte impulso motivacional que surgió de pronto a partir de una iniciativa fundamental como era hacer una reseña histórica de la comunidad que no existía. Esta sola idea fue una especie de inspiración que hizo posible la concatenación de varias propuestas que con asombrosa espontaneidad    fueron apareciendo y como por arte de magia se fueron realizado una tras otras.
De todos los logros alcanzados solo el trabajo genealógico no lo había dado conocer públicamente aunque en las escuelas José Ramón Álvarez y la Escuela Bolivariana Mataruca hay copia del trabajo realizado.

Hoy 12 de Marzo de 2018, 14 años después tome la iniciativa de ponerme a ordenar la información que había plasmado en mis notas de entrevistas que hice a varias familias, especialmente a la familia Lugo Zamora y al Inolvidable Saturnino Cueva, a quien le rindo un homenaje con esta publicación porque nada habría podido hacer sin el aporte de su prodigiosa memoria, en la cual estaba todo una gran historia genealógica que solo él y nadie más que él conocía.     
El año 2004 fue el más maravilloso de todos los años vividos como fuente de inspiración porque desde entonces cuando solo escribía temas musicales y hacia no se me había ocurrido escribir otra cosa. Desde entonces no he parado de investigar y de escribir sobre varios trabajos genealógicos  en los que me mantengo muy concentrado gracias a esta pasión que un día tomo cuerpo en mi querida y siempre recordada comunidad de Mataruca, a toda su buena gente  de la que tanto aprendí, de la que mucho recibí y a la que mucho le di, a la cual agradezco por mi crecimiento intelectual alcanzado a través de ese grandioso  intercambio de saberes que cada quien guardó para sacarlo a la luz en el momento más oportuno

Coro 12 de Marzo de 2018

Hernán Blanco 



FAMILIA AREVALO GÓMEZ






















































                                 






jueves, 25 de enero de 2018

MATARUCA MI TIERRUCA. Hernan Blanco

   



 


Hernan Blanco
Autor.

Esta historia es una semilla que pretendo sembrar en el corazón emocional de cada mataruquense, con la cuál esperamos poder cosechar una conciencia que valorice sus raíces históricas y el aporte cultural de los antepasados que hicieron posible la Mataruca de hoy.

    Realizar esta  actividad fue muy gratificante en lo personal, porque jamás pensé llegar a escribir tanto y sobre todo por el disfrute y el placer que proporciona la investigación y más aun, por lo que se siente y se aprende del acto comunicacional con aquellas personas que nos revelan  sus conocimientos Hernán Blanco

    Un día de  Mayo de 2004  de repente me  sentí impulsado y motivado por la idea de comenzar escribir  la historia  de Mataruca. Para darle  forma a esa  idea que de pronto irrumpió en  mi mente me dispuse a realiza un trabajo de investigación entrevistando a aquellas personas de mayor edad de la comunidad. A medida que fui conversando con mis entrevistados y escribiendo la valiosa información que me revelaban, comenzaron a surgir en mi mente algunas ideas que creí necesario comunicarlas  a  alguien, es a Mercedes Reyes a quien visito para comunicarle las ideas que se me iban ocurriendo durante el proceso de la investigación y que consistía en lo siguiente:  a) Rescatar la tradición  de celebrar la solemnidad de Nuestra Señora de la Merced y declararla patrona de Mataruca  b) Celebrar el aniversario de la Escuela Bolivariana Mataruca en la misma fecha, por haber sido un 14 de Septiembre de 1940 cuando se inicia la educación oficial en la localidad. c) Proponer ante las autoridades educativas en nombre de Carmen Amadora Zavala para identificar la escuela por ser ella la primera maestra de la comunidad. d) Colocar una placa en la escuela con el nombre de aquellas personas que hicieron posible con su esfuerzo la construcción de las escuelas de la localidad. d) Promover la construcción de un bulevar en el puente viejo para el esparcimiento de los mataruquenses. e) Que el sector parcelamiento lleva el nombre de Pancha Sirit por haber sido esta área de su propiedad.

  En esa conversación le hice  saber a Mercedes que el propósito fundamental de mis propuestas era el rescate de los valores culturales de la comunidad, para promover la autoestima de los mataruqueños y su sentido de pertenencia. Mercedes recibió con beneplácito mis  propuestas y acordamos convocar a todos los docentes de Mataruca para una reunión que se celebraría el 24 de junio en su propia casa. De los 22 maestros que convocamos solo asistieron Belquis Lugo,  Aura Lara y obviamente Secundina y Mercedes Reyes. En esta reunión no concretamos nada por falta de quórum razón por la cual tuvimos posponer la reunión. En la segunda ocasión insistimos con los docentes de la comunidad pero estos tampoco acudieron. Finalmente invitamos a otros miembros de la comunidad para hacerles la propuesta antes señalada, las cuales aceptaron y se comprometieron a trabajar para lograr los objetivos.  Estas fueron las personas que nos acompañaron y con las cuales conformamos el comité organizador de la festividad: Julio Chirinos, Cecilio Lara, Uglénis Ramos,  Mercedes Reyes, Belquis y Zandra Lugo, Aura Lara, Felicia Medina, Gregorio Castro, Aleida Villanueva, Mirian Blanco y Raquel Romero. Gracias este grupo de colaboradores fue posible realizar la primera fiesta patronal del pueblo en honor a Nuestra Señora de Las Mercedes. 

     

   Esta nueva vía de acceso hizo que cayera en desuso el camino real que subía desde el sector Maturì de La Vela, atravesando El Carrizal, hacia Tamataima y Taratara. Mariano Martí anota que “hasta El Carrizal, para donde iban desde Cumarebo, cuatro leguas eran de tierra y otras tanta de playa y que estas en muchas partes eran de mal andar, por ser mas de piedra que de arena”. Eso sí, el camino era llano. A esta gran familia mataruquense también van hacer su aporte genético los Alvarado, los Brett, los Blanco, los Mora Echegaray y los Ordoñez de El Derramadero.

 La mayoría de estos pobladores provienen de los tres grandes pueblos caquetios de la zona, como son: El Carrizal, Guaibacoa y Taratara.  Pueblos estos que fueron fundados por el cura doctrinero Don Pedro Sangronis a principios del siglo XVIII, en terrenos que fueron cedidos para tal fin por los hermanos Don Juan y Don Pedro de la Colina Perera. 

   Mataruca limita por el norte con El Carrizal, por el sur con Las Ventosas, por el este con Los Bosteros y por el oeste con el barrio El Paraíso de La Vela.

   Mataruca debe su nombre presuntamente a una palabra de origen caquetío, cuya composición tiene una raíz común con Macharuca y Macoruca las cuales derivan de caruca, que según Juan C. Esteves significa (hierba o paja ordinaria), la cual utilizaban los caquetios mezcladas con el barro para hacer sus casas. Se conocen otras versiones populares que nada tiene que ver con la realidad, pero que responden a la natural inventiva de la gente como una manera de satisfacer su curiosidad ante un hecho desconocido. Algunos afirman que era una señora española o francesa muy hermosa llamada Martha Aruca. Otros sostienen que en la quebrada de Caruca hallaron muerto a un señor de apellido Mata, que  Martha era una señora que vendía aguardiente en Caruca. El maestro Luis Higuera, recién llegado a esta comunidad inventó su propia versión, según la cual un cacique que herido en su amor propio de padre, al descubrir el embarazo de su hija, deshonrada por el indio Ruca, le ordena a su hijo mayor, mata a Ruca para vengar a tu hermana.  Seguramente ésta no será la última historia que se invente al respecto.

El pueblo actual de Mataruca, en mi opinión es de reciente data. Esta afirmación, es producto de una convicción confirmada por el propio testimonio de los viejos pobladores los cuales recuerdan perfectamente, quienes comenzaron a poblar.

 En el cementerio de El Carrizal y en las actas de defunción de la Prefectura de El Municipio Colina, se puede comprobar lo que estoy afirmando. ¿Quién puede dudar de la palabra de Saturnino Cueva y Agueda Arévalo que son las personas más longevas de esta comunidad?

   Si Mataruca existió como comunidad aborigen, debió ser un pequeño núcleo que pudo haber estado asentada en los alrededores del manantial que llamaron la cacimba mucho antes de la llegada de los españoles y que seguramente se despobló en el mismo momento en que Don Pedro de Sangronis funda la doctrina de El Carrizal en 1723.

   Curiosamente el cronista Castellano  no menciona a Mataruca en su lista y tampoco lo hace el Obispo Mariano Martí, quien de El Carrizal, camino a Guaibacoa debió pasar por el sitio. Conociendo la capacidad del pastor para describir todo lo que veía, como se refleja en sus libros no me queda la menor duda de que no vio nada al pasar por allí.       

    Recientemente, el director de la Escuela Bolivariana Mataruca se vio obligado a  convocar una reunión con las autoridades que coordinan las Misiones Educativas para aclarar algunas controversia surgidas con los alumnos de dichas misiones en esta materia de la toponimia, a fin de buscar entres las partes un entendimiento que condujera a hablar un mismo idioma por cuanto era una contradicción que las instituciones educativas en ves de formar estuviésemos deformando la conciencia social de la comunidad con  con mensajes confusos salidos de sus aulas. Precisamente el problema surgió porque el método propuesto por los facilitadores a sus alumnos, dejaba a un lado los aprendizajes que desde hacia tiempo se impartía en la escuela y que son el producto de un largo trabajo de investigación docente. 

 Según la versión de Juan de La Cruz Estévez hemos dicho que Mataruca significa en caquetio, hierba o paja ordinaria que usaban nuestros aborígenes para hacer las casas de bahareque. No existe ningún otro libro donde buscar información al respecto. Es lamentable que Estévez en su libro “’Topónimos Caquetíos” no dejara constancia de su fuente de investigación. 

   Debe quedar claro que el topónimo Mataruca en lo absoluto está relacionado con el nombre Marta o Martha de origen hebreo, ya que estos lugares existían mucho antes de la  llegada los españoles. 

Con el topónimo Guaibacoa pasa exactamente lo mismo. Los habitantes de Guaibacoa repiten el mismo error de los mataruquenses. Allí se asegura que el significado de dicho pueblo se origina por las muchas guacoas que se posaban sobre los Guay.   Téngase en cuenta que los caquetios eran miembros de la gran Nación Arahuaca y que la lengua caquetía procede de la lengua Quechua que aún se habla en el Perú..

   Según Adrian Hernández Baño, Bacoa significa arboleda o paraje en la lengua quechua. Tomando en cuenta esta opinión podemos decir que Guaibacoa significa el sitio donde hay muchos guay. De manera que no es correcto hacer creer que Guaibacoa es una composición de las palabras “guay, árbol y guacoa paloma” Existen otra expresiones parecidas como Adabacoa. Guadabacoa, Buchibacoa y Coquibacoa que en nada están relacionadas con la palabra “guacoa”.

   A manera de información es bueno que se sepa que Guaibacoa y Tomodore fueron dos grandes comunidades de Caquetios, así lo reseñó el cronista colonial Juan de Castellano. “Doce leguas entorno del asiento había población engrandecida, ciudades de grandísimo momento, como Todariquíva, Zacerida, memorados en este cuento como Corao, Tomodore. Capatarida, Corona, Guiabacoa”, entre otras. 

   En la Escuela Bolivariana de Mataruca somos respetuosos del criterio que maneja la comunidad acerca del topónimo Mataruca pero no lo compartimos porque hay elementos lingüísticos académicos y científicos que desaprueban el planteamiento de la comunidad.  En nuestra opinión creemos que no se puede sostener como cierta la tesis del significado de Mataruca que señala que era una “india venida de Curazao” o que era una “señora llamada Marta ruca que vendía aguardiente, por la sencilla razón de que la palabra Mataruca es un topónimo de origen caquetío que no tiene en lo absoluto nada que ver con ninguna Marta. 

Para hacer trabajos relacionados con toponimia es necesario tener en cuenta los parámetros que se exigen para tal fin, como es el estudio lingüístico del origen de la palabra y su etimología.

Nadie puede poner en duda el origen caquetio de Mataruca, Caruca, Macoruca, Machuruca, Curaidebo, Miraca, Capatarida, Todariquiva, Paraguanà, Cumarebo, Tomodore y Guaibacoa, la etimología es quizás lo más difícil de comprobar por los pocos estudios que existen de los mismos. En ese sentido recomendamos a las autoridades competentes hacerle saber a los tutores de dichas misiones que  orientaran adecuadamente a sus dirigidos en la búsqueda de las fuentes de información ya que la metodología no era la más idónea. En dicha reunión se acordó y se firmo un entendimiento entre las instituciones presentes, Coordinación de Misiones, Escuela Bolivariana Mataruca y Escuela José Ramón Álvarez  para contribuir en la unificación de criterios en esta materia.

Estas son las recomendaciones de un especialista que se deben tomar muy en  para hacer trabajos de investigación “Las fuentes son las columnas vertebrales de toda investigación. Fuente puede ser un objeto propiamente dicho o  una persona determinada. Lo importante, en todo caso, es que nos suministre "información" sobre cualquier fenómeno de la realidad.  Existen muchos tipos de fuentes, siendo las más conocidas las documentales, las orales y las iconográficas. Los documentos, textos, periódicos, revistas son nuestra materia prima y para eso debemos conocer sobradamente todas las bibliotecas, hemerotecas, archivos nacionales o locales que existen en la comunidad. Por otro lado es vital que sepamos quienes antes que nosotros han llevado a cabo investigaciones similares, esto es importante: no podemos ser despreciativos de quienes hicieron su aporte. La historia local, además de tomar en cuenta las fuentes documentales tiene en las fuentes orales los testimonios de protagonistas o testigos de las comunidades- una cantera inagotable de materiales. Pero debemos ser cuidadosos. Una fuente porque sea oral y con una gran carga emotiva no es garantía de que sea verdad; Aquí es importante cotejar, contextualizar lo dicho por el lugareño con los demás testimonios y documentos.” Alex Torres Iriarte.    

Sobre asunto de topónimo de Mataruca aclarare oportunamente este asunto porque he descubierto nueva información que pone en tela de juicio lo escrito por el escritor antes mencionado y que derivó en mi tesis antes expuesta.

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    MATARUCA Y LA POSESIÓN TARATARA CARRIZAL

 

   Al establecerse los conquistadores en América, los Reyes de España valiéndose de cédulas, órdenes reales y otros medios, pidieron a sus gobernadores y capitanes generales tratar a los indios con especial consideración. De dar cumplimiento a estas reales órdenes se encargaron con gran esmero los curas doctrineros que vinieron con los españoles, por ser ese el papel de la iglesia en dicha conquista (llevar la doctrina cristiana a quienes habitaban estas tierras).

  Las reales órdenes entre otras cosas, exigían lo siguiente: “lo primordial era que se juntasen en pueblos y ellos hicieran iglesias donde hubiese sacerdotes que les enseñen, por que con éstos se podrían entender en su doctrina y vivirían en conciertos y políticas” (Diego de Encina cedulario indiano).

 Los pueblos creados por estos curas doctrineros tenían como centro una iglesia dedicada a un santo patrón o protector.

   Las tierras que se concedían a estos pobladores en la doctrina, no  eran para el usufructo privado o particular, sino que pertenecían al conglomerado y los beneficios que estas generaban, bien por el pastoreo o la labranza, se repartían entre todos, una parte para la comunidad, una para el santo patrón y otra para el cura.

 Es en virtud de lo establecido en las órdenes reales, que el presbítero de Coro, Don Pedro de Sangronis a solicitud del Obispo de Caracas, Dr. Don Juan José Escalona y Calatayud, que se avoca a la búsqueda de un sitio para fundar su doctrina del Carrizal donde realizaría su gran labor pastoral y social en pro de los caquetios, para la cual contó con dos grandes aliados como lo fueron los hermanos Don Juan y don Pedro de la Colina Peredo, pues, fueron estos quienes donaron las tierras para la fundación de dicho pueblo, las cuales le fueron compradas para tal fin a Doña María Montero como reza el documento original.

La demarcación de las aludidas tierras estaba comprendida “desde la quebrada de Caruca hasta la subida de Taima taima, corriendo del poniente a oriente y corriendo de norte a sur desde la playa, hasta la falda de la sierra”.

 La gran labor civilizadora de don Pedro de Sangronis en beneficio de la comunidad indígena de El Carrizal, está plasmada en un escrito del obispo antes mencionado que expresa lo siguiente: “El licenciado Don Pedro de Sangronis presbítero natural de Coro, se ha dedicado en todo a hacer un pueblo de Yndios, dos leguas del puerto que llaman de La Vela en dicha ciudad. 

   A dichos indios los ha sacado y traído de la isla de Uruba dominada por los olandeses de Curacao y para ello se embarcó y saco de la ynfidelidad, cerca de doscientas almas.        

   Los ha catequizado, bautizado y casado muchos de ellos, tiene formado el pueblo que se dize El Carrizal y su Yglesia muy adelantada con el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe” (Archivo General de Indias. Sevilla. Santo Domingo 795. 1798, Caracas 5- X).

 

  Las tierras del valle de El Carrizal y Taratara escogidas por el presbítero, Don Pedro de Sangronis para levantar su pueblo, eran como se ha dicho de don Pedro y Don Juan de la Colina Peredo quienes hicieron donación de ellas a los indios traídos de Aruba. El documento de dicha donación dice lo siguiente en este fragmento: ... y si por algún acontecimiento (lo que Dios no permita) se demoliere dicho pueblo, haya de volver dicha posesión de Taratara a nos y nuestros herederos y le damos por cumplido en su propio folio a los indios arubanos y a los que en adelante se avecindaren en él sobre dicho pueblo de Nuestra Señora de Guadalupe (que es la patrona y titular de dicho pueblo), para que tome la posesión de dicho terreno en la forma que va expresada y por posesión real le entregamos esta escritura, juramos y prometemos de no revocar por testamento, ni en otra manera, ni por decir no cabía en décima parte de nuestro caudal que por ser muy bastante, nuestros bienes no poderla hacer no por otra causa pensada o no pensada aunque de derecho nos sea concedida, de que nos apartamos y si de hecho lo hiciéramos y fuéremos contra esta escritura no nos valga  ni seamos oídos en juicio ni fuera de él”.

Mas allá de la posición que cualquiera pueda tener acerca de la represión, persecución y los desmanes que los españoles cometieron contra nuestros indígenas, estos compraron para donar a una comunidad de aborígenes tanto de Curiana como de Aruba, que aunque vivían en sitios diferentes eran de una misma nación caquetía, de una misma cultura y lengua y no hay que olvidar que tuvieron en común un mismo “Dios” al que adoraban todos los caquetios. Manaure.

   Todo lo antes escrito tiene como propósito fundamental, aclarar a las nuevas generaciones de mataruquenses todo lo concerniente a la posesión Taratara – Carrizal, desde sus inicios y lo que es más importante, informar a la colectividad inmersa en dicha posesión sobre los conflictos que ha habido entre sus miembros y personas ajenas a la misma, a raíz de un documento que fue registrado en el año de 1912, por un grupo de presuntos “herederos”  de dichas tierras que reclamaron ante el estado venezolano la propiedad de las mismas y del cual extrajimos el siguiente fragmento:  “En nuestro nombre y de los demás condueños de los terrenos pro indiviso de El Carrizal y Taratara sitas en la jurisdicción del Municipio La Vela del Distrito Colina a usted decimos: Por la escritura que en copia certificada acompañamos de comprueba que dichas tierras fueron donadas por Don Pedro y Don Juan de La Colina Peredo en 1723, a unos indios que habían venido de Aruba y que estaba congregada en dicho sitio. Dicha donación fue pues jurídicamente hecha a individuos particulares sin ser indispensable que se designase cada uno por su nombre, por no exigirlo la legislación de la época. Mas por la circunstancia de que eran de raza india se acostumbró llamar aquella colectividad que era de Copropietario de un terreno indiviso comunidad indígena de El Carrizal, pero ciertamente no podemos quedar sujetos a las reglas que sigan los terrenos que fueron verdaderas comunidades Indígenas porque el Carrizal no fue pueblo de autóctonos, sino agrupamiento de  familias inmigradas, queriendo hacer constar estos hechos y y que la circunstancia del nombre usado no perjudique nuestros derechos. A usted pedimos que cite los testigos José Andrés Reyes, Manuel Arteaga, Félix José Torres, Manuel Calderón y Jacinto A. Reyes, vecinos de La Vela para que declaren al tenor de los particulares”.

   Estas fueron las personas que avalaron el registro de dichas tierras en el documento antes citado: Saturnino Gamero, Teófilo Rivero, Juan Lovera Chávez, Rafael Rivero, Tirso Ventura, Pastor Blanco, Antonio Lugo, Eugenio Blanco, Juan Bautista Lugo, Críspulo Medina, Pantaleón Zavala, Francisco Pérez, Jorge Chapman, Manuel de Jesús Reeth, Rafael López, Jesús María Urdaneta, Francisco Istillarte, Francisco Hernández Fonseca, Enrique Sirit, Miguel Vargas, José Cayafa, Jesús María Cortéz, Pedro Rojas Ruiz, Margarito Pérez, Antonio López, Jesús María Lovera Chávez, Juan José Reeth, Romualdo López Chávez, Galo Cáceres, Víctor Lovera Chávez, Gabriel Ilarreta, Juan Till Penso, Julio Lugo, José Lugo, Pedro Medina Rojas, Amador Seimber, Antonio Arévalo, Aguedo Ramón Cáceres, Rafaél Arteaga Acosta, Gregorio Lovera Chávez, Ervigio Iturbe y Juan Bautista Díaz.

  En Mataruca hay quienes creen que en el título supletorio de 1912, como ellos lo llaman, no estaban todos los que eran ni eran todos los que estaban, como ejemplo: los Sánchez, los Mora y los Alvarado, nativos de El Carrizal fueron excluidos, así como también los Ordóñez de Las Lomas y los Brett, herederos unos y avecindados otros. Pero igualmente pisatario todos de dicha posesión, ¿quién sabe cuantos más, fueron excluidos?

El señor Guillermo Mora, Saturnino Cueva, Pedro Reyes Ordóñez y Leoncio Lugo aseguran que el mencionado documento no es más que un mamotreto jurídico, nulo de toda nulidad, porque en él, sus promotores utilizaron unos argumentos que no se corresponden con las relaciones históricas y sociales imperantes en la sociedad de entonces. 

Decir por ejemplo, que la donación fue hecha a individuos particulares es una burda mentira, porque el aborigen no tenía más derechos que aquellos que imponía el blanco dominante. En otras palabras, “la doctrina cristiana” no era más que una forma de control, pero con el carácter humanitario del evangelio. 

       Ciertamente el indio tenía unos derechos que no tenía el negro, pero éstos se ejercían en relación directa con una comunidad liderizada por alcaldes y regidores indígenas como lo establecían las reales cédulas, que incluso prohibían que blancos e indios estuviesen juntos.

¿Cómo pudo ocurrírsele a éstas personas hacer semejante afirmación, de que El Carrizal no era un pueblo autóctono, se pregunta la gente? ¿Cómo pudo entenderse el siguiente fragmento de dicha posesión que dice lo siguiente:  “Y lo damos por cumplido en su propio folio a los indios arubanos y a los que en adelante se  se avecindaren en el sobre dicho pueblo de Nuestra Señora de Guadalupe, que es titular de dicho pueblo para que tomen posesión de dicho terreno”

¿Cómo interpretar este otro texto de Don Pedro citado por Martí en 1773? “Hizelo yo Don Pedro de Sangronis prebistero asistiendo a la fundación de dicho pueblo por disposición del  Señor Doctor Don Juan José de Escalona y Calatayud el año de 1723, fundose dicho pueblo de los indios caquetios que voluntariamente se vinieron de la Isla de Aruba”.

 Todas estas citas demuestran contundente y categóricamente que dicho documento es un disparate jurídico que solo sirvió para desatar una vez más los demonios de la corrupción, del egoísmo y la ambición, en esta propiedad de los caquetios, por la cual se han  enfrentado siempre los herederos pisatarios que creen que la administración de los recursos que generan dicha posesión, deben ser invertidos en el desarrollo de la comunidad, contra los herederos no pisatarios que se creen propietarios y con derecho a hacer de tales recursos lo que ha ellos le parece. 

Estos enfrentamientos, fue lo que dio origen a la demanda interpuesta en 1984, por un grupo de herederos con legitimo derecho contra una de esas tantas juntas administradoras por considerar los demandantes, que los demandados estaban actuando en perjuicio de los intereses de la comunidad.

En la actualidad los problemas se han agudizado con las peleas entre administradores foráneos impuestos por los jueces que conocen de la causa, y que de alguna manera son corresponsables del despelote de demandas y contrademandas que se han  originado, por las supuestas denuncias de los malos manejos de los bienes de la posesión, que nadie sabe cuanto son ni donde están.

Los auténticos pisatarios de la posesión Taratara-Carrizal siempre han creído que los de la Colina Peredo donaron sus tierras a una comunidad indígena y que nadie absolutamente nadie puede reclamar propiedad de ella, por ser dicha posesión un patrimonio colectivo.

La gente de estas comunidades de la posesión sólo esperan que la Virgen de Guadalupe y Don Pedro Sangronis, hagan el milagro de que aparezca un juez sensato y probo, que se avoque al conocimiento de la causa, se tome la molestia de leer el documento original de la posesión expedido por los de la Colina Peredo,  y actúe conforme a derecho, en concordancia con el espíritu de los donantes de manera que se haga justicia de una vez y para siempre con el colectivo, que es el único que tiene derecho a regir los destinos de la mencionada posesión.

Ya para concluir debo decir que después de haber leído los documentos que he podido tener en mis manos he llegado a la conclusión que a la comunidad le asiste la razón, pese a los infructíferos resultados de aquellos que lucharon o creyeron y esperaron en la justicia, como: Quintiniano Arévalo, Francisco Lugo, Alfredo Alvarado, y los que aún luchan como Guillermo Mora y Leoncio Lugo.  Así mismo pienso que aquellos que pretendieron y pretenden sacar provecho de estas sagradas tierras de la posesión de Taratara-Carrizal con sus manejos turbios, tendrán que enfrentar a un justo juez en el cielo (Dios) y a los testigos de excepción que serán Don Pedro de Sangronis, Mariano Martí y María de Guadalupe, única dueña de la posesión.

 

ACTIVIDADES ECONÓMICAS DE LOS MATARUQUENSES

   

    Los primeros habitantes de Mataruca “subsistieron” gracias al fruto de la cosecha del conuco, los datos del cardón y el semeruco, la cría de animales domésticos, la cacería y las actividades comerciales producto de la venta de madera, la leña para cocinar, el tococoro o cardón seco y la hierba de coneja (caruca.)  También vendían la cal, el carbón, la piedra picada. Este oficio de picar piedra lo hacían con un hacha pequeña y se tardaban más de dos semanas en picar una camionada. Estos fueron algunos de los picadores de piedra. Águeda, Dámaso y Martín Lugo, Nicolasa, Lina y Emilia Alvarado, Francisca Lugo, Álvaro medina, Cecilio Arévalo y  Ramón Curiel entre otros. Así mismo se tejían sombreros con la palma que venía de Cuba.  El Cocuy que se asaba en huecos empedrados, también era vendido junto con los trabajos hechos de arcilla que con gran destreza realizaba la familia Curiel a quienes el pueblo bautizó con el mote de las loceras. A la edad de doce años Cecilio era enviado por su padre Balbino Lugo a vender leche en La Vela por la mañana, de donde regresaba a las once. A las dos de la tarde iba a buscar una carga de leña en el monte para regresar nuevamente a La Vela. En retribución recibía a cambio un cobre.   




INICIO DE LA EDUCACIÓN EN MATARUCA

 

 

  La vida de los niños descendientes de estos primeros pobladores de Mataruca, fue muy dura en sus comienzos. Desde temprana edad eran iniciados en las rigurosas tareas domésticas propias del campo, que comenzaba a las cuatro de la mañana con la búsqueda del agua en la cacimba y el botijón, a la que también se llevaban los burros a beber.  Posteriormente se ordeñaban las cabras, se molía el maíz, finalmente eran enviados a cortar el pasto para los animales y la leña que se utilizaba para el fogón. Después de estas múltiples actividades algunos niños, los más afortunados, eran ocupados en el ejercicio de aprender a leer y a escribir, unos con ayuda de sus padres y familiares y otros con personas contratadas, como lo hizo José Lugo quien le pagaba a Tomasa Villavicencio por la enseñanza de sus hijos.

La señora Águeda Arévalo de Tomba nos comentó, que su maestro había sido el señor Pedro Medina jefe del caserío El Carrizal, quien además, fue un experto pirotécnico que hacía los cohetes para las fiestas del pueblo.

Saturnino Cuevas aprendió a leer y escribir con un libro que siempre llevaba consigo en el bolsillo titulado “Las Tres Palomas”, con el cual donde quiera que llegaba, a cualquiera le solicitaba le explicara las lecciones. Francisca Rojas refirió que en El Carrizal, el padre Pineda junto con su señora madre y hermana, además de enseñar a leer y a escribir, también enseñaban el oficio de tejer hamacas y alpargatas.

   La educación formal por estas tierras se inició en el alto de El Carrizal el 16 de septiembre de 1940, con la llegada de Carmen Amadora Zavala oriunda de Guaibacoa, quién asumió el cargo por instrucción de la autoridad municipal de la época, devengando un sueldo de 80 bolívares mensuales.

  La casa donde comenzó este proceso educativo en El Carrizal era propiedad de Andrés Zavala.  En  éste sitio estuvo la maestra mes y medio aproximadamente, por ser muy pocos los niños que acudían a la clase.  Por este motivo la escuela se trasladó a la casa de José Concepción Lugo en Mataruca,  donde Amadora Zavala permaneció por año y medio, hasta su traslado a la escuela de San Pablo.

 Según la señora Águeda Lugo, Amadora fue sustituida por Lola Berríos de Molina, después le siguió Ana García. Cuando llega Lola Berrios de Molina, la escuela se denomina “Estadal Unitaria Nº 84” y la  instrucción impartida era de primero a tercer grado. En el mismo orden siguió Sara Tremont, Lesbia de Mora y Ángela García de Arnáez, la cual llega a Mataruca el 26 de Septiembre de 1957. La sede de la escuela además de la casa de José Concho, también la tuvieron las casas de José de la Trinidad Lugo, Antonio Arévalo y Justo López. Por deterioro de ésta última, fue mudada a la residencia de Francisco Lugo. Es a partir de ese momento cuando la propia maestra Ángela se convierte en la gran promotora de lo que sería la nueva sede escolar que entonces exigía la creciente población infantil de Mataruca. 

Para ser justo creo que la escuela que actualmente lleva el nombre de José Ramón Álvarez, debió llevar el nombre de Angelina, por ser ella quien realmente hizo todas las gestiones para la construcción de la primera instalación educativa de la comunidad. Angelina al igual que todos los docentes que pasaron por esta comunidad forman parte de la identidad cultural de esta comunidad, por el contrario el nombre de José Ramón Álvarez no le dice nada a la comunidad de Mataruca, siempre será un gran desconocido para este pueblo. Con la llegada de Angelina comenzó el crecimiento sostenido de la Escuela Estadal Nº 84 a la cual se agregaron  posteriormente Carmen Valero de Acurero y Celia Reyes 

Entre el año 1968 y 1969, la escuela se integra al Núcleo Estadal Rural 193 (NER) siendo a la vez sede de dicho núcleo.  Las directoras y demostradoras del NER 193 fueron, Carmen Pinto de Pérez y Olys Moreno de Abreu, respectivamente. 

En el año 1974 es fundado el Jardín de Infancia por la maestra, Omaira Primera y la Bachiller Merlyn Báez como auxiliar.  

 

También pasaron ejerciendo la docencia en esta escuela maestros muy recordados como: Erlinda Bracho, Iria Martínez de Diez, Milagros Petit, Lourdes de Acacio, Zonaida de Bracho, Omaira Blanco de Hernández, Carlos Tortolero, Ramona de Peña y Morela de Barroeta. 

      En el año 1983, la escuela es graduada con el nombre de “Escuela Básica Mataruca” su  directora en esta nueva etapa sería Teolinda de Chirinos en calidad de encargada. 

      En este recuento histórico del desarrollo educativo de la localidad, es necesario resaltar que la profesora Rosa Mora de Ocando, tiene el privilegio de haber sido la primera persona de la comunidad en ejercer la docencia  en calidad de suplente.  

Tres años antes de producirse la graduación de la Institución, los vecinos de Mataruca arriba en virtud del crecimiento poblacional y el peligro que representaba para los niños desplazarse hacia el sitio de la escuela, conformaron una junta pro construcción de otra sede que estuvo integrada por: Pedro Manuel Reyes, Quintiniano Arévalo, Alfredo Alvarado, María Blanco de Villanueva y Secundina Reyes. 

Estos gestionaron ante las autoridades de turno, los recursos necesarios para la ejecución de la obra que se tenía prevista construir en el sitio conocido como “La Vereda del Zorro”, lugar donde se localizaba la casa de Pancha Sirit de Arévalo madre del Sr. Quintiano Arévalo, quién fue la persona que cedió los terrenos para tan noble fin.


El liderazgo de esta junta pro construcción se hizo sentir de inmediato, lográndose el material necesario para dicha construcción a través de ORDEC, así como la asesoría técnica de sus promotores Emilio y  Félix Reyes.  

En esta obra de autoconstrucción se puso de manifiesto el protagonismo de una comunidad organizada para servirse a sí misma. Gracias a la participación de todos, pudo ser inaugurada esta segunda sede por el Gobernador Pedro Guillermo D`Leon, quien por cierto nada tuvo que ver con la ejecución de la obra hasta ese momento, pues la misma había sido realizada durante la gestión del Gobernador Aldo Cermeño Garrido. 

Cabe mencionarse como algo anecdótico, que en dicha inauguración hizo acto de presencia nada más y nada menos que la “Miss Mundo” Pilin León.

A esta nueva y cómoda edificación es mudada la “Escuela Básica Mataruca” en octubre del  84, quedando la vieja escuela de Mataruca Abajo como un apéndice de ésta, bajo la dirección como es obvio de Teolinda de Chirinos.  En el anexo de la escuela vieja se quedaron los maestros Morela de Barroeta, Zonaida de Bracho, Xiomara de Reyes, Neris de Ocando y Omaira Bustillos. A la nueva sede acuden Raiza Jiménez, Marina González, Elsy de López, Omaira Correa, Públia Sánchez, María Reyes  y  Hébles García.

     Es en el año escolar 1984-1985 cuando se produce el deslinde de este anexo de la “Escuela Básica Mataruca”, al ser graduado con el nombre de José Ramón Álvarez bajo la conducción de la maestra Agustina Nieves. En la actualidad la directora de dicha Institución es la profesora Iris Manzanares de Rosales

Para el año 1986, la sección de preescolar se integra al sector 4 del JIRE 193, bajo la administración de la maestra Esther Torres como Sub Directora. 

En el siguiente orden desde 1989  ingresan al preescolar la Auxiliar  Yolanda Galiffa, la maestra Mélida Leal, y  la auxiliar Mirla Ollarves.

Finalizando la década de los ochenta y comenzando la década de los noventa llegan los Especialistas, de Educación Física Cesar Rodríguez, José Luis Higuera, de Cría y Campo y Hernán Blanco Especialista de Música

En el año 1997 ingresa por traslado la maestra María Colina.   

La Escuela Básica Mataruca después de la jubilación de su directora encargada Miriam Teolinda de Chirinos, fue reconstruida y convertida en una escuela Bolivariana el 4 de junio de 2001, por disposición del Gobierno Nacional, encargándose de su dirección la  maestra Marina González. En la actualidad es dirigida por el maestro José Luis Higuera. 

Es justo hacer mención que la profesora Miriam Teolinda de Chirinos y su esposo el Dr. Rafael Chirinos, Diputado jubilado de la Asamblea Legislativa, fueron dos grandes benefactores de ésta Institución, pues, por sus buenos oficios fue posible lograr la construcción de la cerca de la escuela, el teatro, el techo central, la dotación de muebles, equipos y la dotación de la biblioteca

 

CARMEN AMADORA ZAVALA

 

     La maestra que inició la educación oficial en Mataruca, lleva por nombre Amadora Zavala, nació el 7 de Diciembre de 1919 en la población de Guaibacoa.  Amadora aprendió las primeras letras en la escuela de su pueblo, lamentablemente en su escuela no existía la promoción, razón por la cual se va a La Vela  a  los 16 años para reiniciar formalmente sus estudios primarios en la escuela Antonio Dolores Ramones bajo la tutela de sus maestra María Luisa Molina, y Emilia Rosa Molina. Amadora concluyó sus estudios satisfactoriamente, no solo obtuvo excelentes calificaciones, obtuvo, además, el reconocimiento de sus maestra, fueron ellas quienes gestionaron? Ante la autoridad del Distrito Colina, el cargo de maestra  para su excelente alumna.  

     Amadora fue maestra de Eustoquia, Cecilio, Eudocia y Francisco Arévalo; Lino, Quintiniano y  Domingo Arévalo Sirit; Prudencio, Manuel, Tomasa y Alejandro Mora;  Dominga Francisco y Juan Lugo Rojas; Hermogenes Rojas, Juan Rojas y Vicente Lugo, entre otros.

 Los alumnos de aquella muchacha de 20 años que llegó a Mataruca un 14 de Septiembre de 1940 nunca imaginaron lo que sería su maestra y cuan lejos llegaría.

      La maestra de los muchachos es enfermera profesional egresada de la escuela nacional de enfermería de Caracas en 1948. 

 

     En Caracas terminó el bachillerato en el Liceo Juan Vicente González en el año 1960.  En 1964 egresa  de la Universidad Central de Venezuela con el titulo de Licenciada en Educación. En la Universidad del Valle de Colombia obtuvo la licenciatura en enfermería, convirtiéndose en la primera licenciada de enfermería de Venezuela. En Puerto Rico realizo un Máster en Ciencias de la Enfermería.

   

CARGOS DESEMPEÑADO POR AMADORA

 

∙       Directora de enfermeras del Hospital Antonio Smith de Coro año 1948-1952

∙       Profesora de fundamentos de enfermería y artes de la enfermería.

∙       Escuela Nacional de Enfermería. Caracas 1953-1958.)

∙       Directora de la Escuela Nacional de Enfermería. Caracas  1959-1962

∙       Profesora de Sicología. Escuela Nacional de Enfermería. 1963-1965   

∙       Profesora de Puericultura. Instituto Andrés Eloy Blanco, Caracas- 1964 1965.

∙       Directora fundadora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de los  Andes   1967-      1972. 

∙       Profesora de la Cátedra de Enfermería Médico Quirúrgica. Escuela de en  Enfermería Universidad de los Andes. 1974-1983.






PERSONAJES DE LA COMUNIDAD

 

   

FRANCISCO LUGO

 

     El señor Francisco Lugo fue un notable personaje de Mataruca, que se caracterizó por ser incansable luchador en procura de una mejor calidad de vida para sus coterráneos, por los cuales se esforzó, dedicó y participó en múltiples acciones reivindicativas de carácter social, cultural y político.  En ese permanente accionar siempre estuvo en primera línea, dirigiendo, coordinando e impulsando los distintos grupos de trabajo en los que hubo de participar.  En tal sentido, formó parte de la directiva de la primera junta pro mejora de la comunidad a través de la cual se logra la construcción de la primera sede escolar y la construcción del acueducto local. También formó parte de la junta pro festejo de la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe y dirigió por mucho tiempo la sociedad de Las Mercedes, como un legado de familia que recibió de sus madre María Mercedes Rojas Gauna y su padre José de la Trinidad Lugo Mencías fundadores de ésta tradición en Mataruca.

   Otras de las grandes luchas de Francisco por lo que también se desveló y esforzó infructuosamente, fue por lograr que la posesión Taratara-Carrizal estuviese bajo control de la comunidad.  Francisco también tuvo su papel protagónico en el acontecer político de la región, participando en la resistencia contra la dictadura de Pérez Jiménez, de la cual fue perseguido y prisionero. Cuando se instaló la democracia por la cual luchó, fue elegido concejal suplente de Acción Democrática.

 

Francisco fue un hombre de una gran vocación espiritual y de una sensibilidad estética que lo impulsaba a escribir canciones que cantaba y acompañaba. La Virgen de Guadalupe fue su gran inspiración para escribir y componer.  Entre sus escritos deja una pequeña obra titulada “El Carrizal pequeño obsequio de Nuestra Señora de Guadalupe”.

Muchos reconocimientos recibió en vida Francisco como trabajador y dirigente, comunitario pero quizás el de mayor significación fue el libro que le dedicó su nieto Francisco José Romero Lugo, titulado “Maestro Lugo, ejemplo de Acción y vida”  

 

 

QUINTINIANO AREVALO

 

  

Quintiniano Arévalo fue otro de los grandes servidores de Mataruca. Guerrero incansable no escatimaba sacrificio por los intereses de su amado pueblo, al  que siempre representó en cada uno de los organismos comunitario de lucha, que libró en la comunidad en pro del desarrollo. En el sector público Quintiniano se desempeñó como funcionario policial durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Después de la caída del régimen se dedico a la actividad comercial, siguiendo el ejemplo de su madre Carmen Francisca Sirít, mejor conocida como Pancha, de quien sin duda heredó el carácter bizarro que le caracterizó. 

 

PEDRO MANUEL REYES ORDÓÑEZ

 

   Pedro Manuel Reyes Ordóñez es un apreciado líder de la comunidad. Nació en Muaco y está residenciado desde hace muchos años en Mataruca, en unión de su respetada familia.

Pedro Manuel ha sido un hombre de trabajo. Desde temprana edad fue empleado de gobierno en resguardo marítimo en Cararapa y más allá en el Faro, La Enramada, Guasare, La Boca del Río, El Manglar, Tucupido, Cumarebo, Cuarajacuma y Dabajuro; también se desempeñó en la empresa petrolera Shell como celador de segunda y más tarde oficial de primera; de aquí pasó a ejercer el cargo de prefecto en el Municipio San Miguel del Turagual.





ALFREDO ALVARADO

 

   Desde muy temprana edad Alfredo Alvarado, como buena parte de los niños de Mataruca, debió asumir compromisos de trabajo para contribuir al sustento del  hogar. La más importante de esas actividades realizadas por Alfredo fue, la venta de leche, la cual compraba a productores e intermediarios para proveerla en Coro a una clientela, comprometida a recibir el producto todos los días por la mañana. Sus instrumentos de trabajo eran la bicicleta y el porrón. Una vez concluido el oficio de distribuir la leche Alfredo se dirigía religiosamente a la barbería de su cliente Pablo Acosta, de quien se había hecho amigo. En este sitio además de pasar el rato en amena conversación, también prestaba mucha atención a su amigo cuando éste realizaba su trabajo. En una ocasión Pablo lo interrogó diciendo.¿ Alfredo te gustaría ser barbero Alfredo sorprendido respondió ¡claro que sí señor Pablo!. Pablo le recomendó aprender con los muchachos de Mataruca, y así lo hizo. Cuando ya había adquirido cierta destreza en el oficio, Pablo le dio la oportunidad de comenzar en la barbería, y desde ese momento el hermano de Alfredo, Ramón Alvarado se encargó de la distribución de la leche.                      

    Con esta reseña queremos hacerle un reconocimiento a un gran hijo de Mataruca que siempre estuvo preocupado por el destino de su pueblo, al que se dedicó en cuerpo y alma a servirle desinteresadamente  

GUILLERMO MORA

 

   Guillermo Mora es uno de los cuatro hombres más importantes de Mataruca al igual que Francisco Lugo, Alfredo Alvarado y Quintiniano Arévalo quienes a pesar de no tener un elevado grado de instrucción académico, cumplieron a cabalidad su papel de dirigentes  de la comunidad, como nadie  hasta el presente.   

En la actualidad entre las nuevas generaciones de mataruquenses hay educadores ingenieros, abogados, técnicos superiores, técnicos medios y muchísimos bachilleres. Sin embargo, entre todos no se vislumbra la generación de relevo que pueda superar el espíritu de unidad, combatividad y compañerismo que mostraron estos grandes hijos del pueblo, en su lucha por lograr una mejor calidad de vida para  todos.

Con la partida de Quintiniano, Francisco y Alfredo a la morada celestial, Guillermo quedó solo pero en pie de lucha batallando como los buenos soldados   

   A su edad es admirable verlo estudiar para obtener su titulo de educación primaria en la tan criticada “Misión Robinsón” Pero la misión más importante de Guillermo  comenzó cuando por su propia iniciativa se ocupo de su formación, convirtiéndose en mi opinión en un brillante autodidacto apasionado por la lectura y la investigación de la historia local. Él es la persona que mejor conoce en detalle y profundidad todo el asunto relacionado con la posesión Taratara-Carrizal, por tener en su poder una buena colección de documentos relacionado con dicha

 

PETRA M. REYES BLANCO

 

    La Profesora Mercedes como todo el mundo la conoce califica como personaje  de la comunidad por un conjunto de virtudes cristianas y humanas que la caracterizan y que hacen de ella una excelente persona en sus actuaciones sociales tanto en la vida pública como en la privada y muy particularmente en sus relaciones con la comunidad, en el desempeño de su liderazgo espiritual,   como católica comprometida en la conducción de la iglesia mataruquense, rol que le ha valido para ganarse un lugar en el corazón de todos y cada uno de los de los habitantes de la comunidad. 

                        

 

ÁNGEL COLINA

           

    Ángel colina, natural de La Vela, se gano un lugar en la historia de esta comunidad pro su gran disposición y dedicación en pro del deporte. A él se le debe la siembra de las bolas criollas en Mataruca. La comunidad siempre lo recuerda junto a los niños practicando cualquier actividad deportiva. Los mataruquense conocieron el boxeo de cerca gracias a este gran promotor deportivo.  

 

 

 

TRADICIONES RELIGIOSAS

    

     Los habitantes de Mataruca y de El Carrizal además de celebrar la festividad en honor de La Guadalupe cada doce de diciembre, tenían también por costumbre rendir homenaje al niño Jesús, a San José y a Nuestra Señora de la Merced.

       La fiesta en honor al Niño Dios se efectuaba de 6 de enero (Día de Reyes).  Responsables de dicha celebración fueron por mucho tiempo, Ignacio Zavala y Dolores Taborda.  Cuenta el señor Saturnino Cueva que en compañía del Indio Zavala, todos los años recorrían buena parte de la Serranía pidiendo limosna para cubrir los gastos que ocasionaba el acto festivo.

Los hermanos Augusto y Juan Rojas fueron también dos fervorosos promotores de esta tradición siguiendo los pasos de Ignacio Zavala.  

La fiesta de San José la celebraban también Augusto y Juan Rojas, pero en Caruca. Esta celebración se hacía en acción de gracias por las lluvias y las cosechas abundantes, por supuesto, que a dichas fiesta nunca faltaban los mataruquenses.

La solemnidad de Nuestra Señora de las Mercedes era una fiesta que se hacía en El Carrizal por todo lo alto, con mucho brillo por parte de los esposos Pedro Rojas Ruiz y Lucrecia Gauna de Rojas, ambos propietarios de la imagen venerada.

 Con la desaparición física de dichos dueños se originó una controversia entre los herederos de éstos, por la custodia de la virgen.  Esta situación obliga a Monseñor Pineda (Párroco de la época) a mediar entre las partes, para resolver las diferencias familiares que había suscitado dicha imagen.

Buscando ponerle punto final al asunto, el señor Párroco Pineda decidió salomónicamente dejar la virgen bajo el resguardo de la iglesia.  Esta decisión no satisfizo a una de las partes y por ello decidieron mandar a hacer una nueva talla de Nuestra Señora de la Merced en Tocopero, por recomendación de un señor que pasaba siempre vendiendo pan en un burro, de nombre José Manuel. Esta fiesta llegó a realizarse el 24  de septiembre y el primer domingo de octubre

La Sociedad que se constituyó en ese entonces estuvo integrada por los hermanos Balbino Lugo y los esposos José de la Trinidad Lugo y María Mercedes Rojas de Lugo (promotores de la misma), Ramón Rojas Arévalo, Serapio Reyes, Ernesto Pérez, Jesús Leal, José Mercedes Curiel, Leonardo Curiel, Francisco Cruz, Juan Villavicencio y Pablo Atencio entre otros. 

     Esta sociedad de la Merced estuvo presidida por: Francisca Rojas, Aurelina Arévalo, Micaela Blanco, Regina Lugo, Mireya Lugo, Rosa Mora, ya al final de su existencia por Nora Arévalo, Petra Mercedes Reyes y Rosalina Lugo Alvarado.

La familia Lugo Rojas mantuvo viva esta tradición hasta mediado de 1980, siendo su mentor principal, Francisco Lugo. 

   Después de un receso de 12 años, nuevamente se realizan misas a la virgen desde 1998 al 2003, pero en un nivel mas privado.

   Tanto en el pasado como en el presente Nuestra Señora de La Merced ha hecho y hará historia, porque ahora y para siempre, Ella es la patrona de Mataruca.                  

  En la actualidad Contamos con una imagen que personalmente adquirí en Valencia con recursos aportados por los fieles la cual se encuentra en una caja de cristal y madera pulida, donada por Julio Chirinos Peniche. La Señora Liseth Ordoñez donó el terreno para la iglesia. Por medio de unos amigos El Profesor Luis Higuera ý yo logramos el levantamiento topográfico del terreno y el diseño de la Iglesia. En tampoco tiempo hemos podido apreciar la mano de Dios y María Santísima en cada una de nuestras actividades. Todas las celebraciones han sido inolvidables.

   En la primera fecha en que se celebró las fiestas, la Camera Edilicia de la municipalidad Presidida por El Alcalde Ángel Villegas realizó una Sesión solemne con motivo de celebrarse los sesenta y cuatro años de la educación en Mataruca, siendo la oradora de orden La primera Maestra de la comunidad, Carmen Amadora Zavala. En las siguientes celebraciones se han estado administrando los sacramentos de la comunión, bautizos, confirmación. En la fiesta del 2007 se realizó la boda de los esposos de Cruz e Irma Amaya con la presencia del Arzobispo Mons. Humberto Lucker. 

    Otro milagro de la virgen es que ya Mercedes no está sola cuenta con dos nuevos catequistas. Y varios jóvenes de la comunidad están asistiendo a la escuela de Misioneros, en La Vela. 

  

MATARUCA Y EL DEPORTE

EL BEISBOL

 

El Béisbol en Mataruca comenzó a practicarse realmente a finales de la década del treinta. Los primeros muchachos que jugaron pelota en Mataruca fueron entre otros, Isidoro, Vicente, José María y Ricardo, Félix Alvarado, Bruno y Juan  Lugo Sirit, y  Felipe Arévalo entre otros.  A mediados de la década  del cuarenta ya hay una nueva generación de peloteros entre los cuales se encontraban Martín Lugo, Francisco y Brígido Mora, Julio, Francisco, y Cecilio Arévalo, Quintiniano, Domingo y Lino Ernesto Arévalo Sirit  Álvaro Medina Dámaso Lugo, Alfredo Alvarado, Ramón Curiel, Rafael Trompiz, Albino Rojas y Elías Rojas, Aquella juventud que comenzaba a levantar, jugaban con pelotas de trapos que ellos mismo elaboraban en un pequeño llano que estaba entre la casa Polonia Curiel y Lina Alvarado. Es esa misma muchachera junto a  algunos mayores quienes se organizan para comenzar a limpiar aquel enmontado terreno que fuera bautizado con el nombre de Sansón Curiel.

 El más famoso pelotero nacido en Mataruca y primer en jugar béisbol organizado y de calidad fue Antonio Curiel, mejor conocido como Sansón.  Sansón se hizo pelotero en La Vela en el campo del Manaure, el cual estaba situado detrás de la panadería que esta frente a la Unidad Educativa Antonio Dolores Ramones. Sansón era un hombre alto y muy fuerte a quien los bateadores no le veían  la bola incluso no se conseguían quehacer para él, y los que se atrevían tenían que reforzar las mascotas para no lesionarse las manos realmente era el orgullo de los mataruquenses, quizás fue la primera persona de la comunidad que proyectó la imagen de Mataruca. Sansón fue un pelotero que estuvo en aquellos grandes eventos beisbolísticos, realizados en  La Vela, Coro, Cumarebo Tucacas y en muchos otros sitios de la geografía falconiana  Otras glorias del béisbol Colinense en esa época fueron, Saúl Villavicencio, José Manuel Chávez, Alfonso Ramírez, José Ramón Higuera   y Yito Cordero entre otros. La época de Sansón Curiel, fue la época dorada del béisbol en Falcón. Entre los equipos soñados de ese momento estaban Coro, El Campo Elías, Vuelvan Caras, Jamaica, El Volante,  el Zamora y el Orión, en Cumarebo en La Vela estaban de Moda El bregadores, Huapango, Colombia, Maturín   

Otros Mataruquenses que jugaron en la Vela con El Bregadores  finalizando la década del cuarenta fueron Julio, Francisco y Cecilio Arévalo, José María Lugo y Félix Alvarado entre otros. El primer  equipo que se organiza en Mataruca, fue El Santa Marta, allí jugaron Francisco y Brígido Mora, Felipe Lugo, Juan Columbino Lugo, y Elías Roja, José María Lugo, y Félix Alvarado. Este equipo realizó algunos encuentros con El Guapango y El Colombia.  En el año 1943 Cecilio inicia las primeras prácticas del béisbol organizado en Mataruca con un grupo de jóvenes, entre los cuales estaban, Bartolo Blanco, Rafael López, Eugenio Curiel, Domingo Arévalo, Álvaro Medina, José Medina, Emeterio Naveda y Brígido Mora Dámaso Lugo, entre otros. Con este grupo de Pelotero, Cecilio logra conformar el Deportivo Mataruca para competir con equipos de La Vela como El Maturín y El Colombia. Dos años fue la vida del Deportivo Mataruca,  el cual representaba Francisco Lugo. En Mataruca se comenta mucho la hazaña de Albino Rojas respecto al espectacular triple play ejecutado en La Vela.        

LAS   BOLAS CRIOLLAS

     La participación protagónica de Ángel Colina en pro del desarrollo deportivo de Mataruca, es de gran significación. Promueve la construcción del estadio en compañía de Carmen Lugo, durante la gestión del profesor Urbano García al frente del Concejo Municipal.

La cancha de usos múltiples es también un logro en el empeño de dotar a Mataruca de instalaciones deportivas para la práctica del deporte.

Ángel Colina fue quien inició el deporte de las bolas criollas en Mataruca a solicitud de José Ramón Nieves, Presidente de la Liga de Bolas Criollas en La Vela para 1980.  Es al lado de la cancha de usos múltiples donde se inician las primeras prácticas de esta disciplina en la localidad.  Colina, es acompañado en este proceso de organización por Luis Ramírez (el gocho), Julio Alberto Rojas, los esposos Villanueva Blanco y familia, el señor Salomé Mora de Puente Piedra y otros miembros de la comunidad.

 Las bolas criollas con las que se entrena esta actividad fueron cedidas en calidad de préstamo por el señor Alejandro Zavala de La Vela.

Una vez construida la cancha fueron muchos los encuentros realizados en la misma, con la participación de equipos de El 42Carrizal, Puente Piedra, La Vela, Acurigua y hasta Punta Cardón. Mataruca llegó a ser subcampeón  infantil femenino, donde destacaron Mirelis Lugo y Aracelys Villanueva. En este deporte Mataruca cuenta con dos excelentes jugadoras como son Mirelis Lugo y Gualeydi Becerrit, las cuales han sido dignas  representantes de esta comunidad en eventos de carácter nacional en distintos estados del país.

 

MATARUCA, EL AGUA  y  ELECTRICIDAD

 

     El obispo Mariano Martí en su visita pastoral por la provincia de Coro en 1773, escribió: “El pueblo de El Carrizal es de lo más infeliz y pobre de lo que se pueda imaginar, pues, por todo su circuito no se ven sino, cardonales y les falta el agua para beber. Pues solo en el pueblo hay algún manantial muy escaso; en unos hoyos donde bajan a coger la poco agua que allí hay”

Ya hemos dicho que el agua utilizada por los pobladores de Mataruca provenía de una cacimba. Esta estaba ubicada en la quebrada de Caruca, cercana al camino real conocido como El Caracol. Posteriormente se trajo agua de El Carrizal  de un aljibe que existe en el pueblo desde la colonia. Esta se extraía por medio de un molino de viento que fue instalado probablemente en el año de 1948. Luego se almacenaba en una caja de cemento que fue construida en un alto del mismo pueblo. De allí bajaba por gravedad y se distribuía por tubería a varios puntos de la localidad denominados pilitas o plumitas. Estos sitos fueron lugares para el encuentro y la tertulia entre los vecinos, que desaparecieron con la llegada del camión cisterna que llenaba las pipas. Este camión desapareció también con la llegada del agua potable en el año 1.967. Nueve años estuvo    Martha cargando agua de la cacimba y de la pilita para llenar sus pipas. El aljibe o pozo al cual hemos hecho mención, es un hoyo de fondo cónico que mide aproximadamente  6 metros de profundidad, construido de piedra y mampostería por los caquetios que habitaban El Carrizal,  en este sitio hubo otros pozos que llamaron, el del musiú y el de Pedro Medina. 

  Al hablar de agua no podemos dejar de mencionar, la que brotaba en el manantial de La Guadalupe, cerca de Taima Taima, la cual era muy codiciada por sus bondades medicinales. Esta agua era embotellada y distribuida en La Vela por el señor Manuel Velásquez.

  La energía eléctrica según la señora Martha, llega, en el año 1.959. Este hecho nos lo demostró con un testimonio muy importante de su vida el cual esta relacionado con la mudanza que hiciera de Maracaibo a Mataruca el 31 de  Julio de 1958, y con su hijo José Francisco quien para esa fecha tenia aproximadamente cuarenta días de nacido. Obviamente cuando el niño cumplió su primer añito de edad se hizo la luz en Mataruca.

Con ese escrito rindo homenajes a todas estas personas maravillosa que hiceron posible con su aporte parte de este trabajo. Belkis y Zandra Lugo, Zandra Lugo, Martha Zamora de Lugo. Leoncio Lugo, Dominga Lugo, Francisca Rojas, Saturnino Cueva., Guillermo Mora, Cecilio Arévalo, Eudocia Arévalo, Domingo Arévalo, Willian Brette Mercedes Reyes Blanco, Secundina Reyes Blanco, Ángel Colina, Cecilio Lara, Miriam Blanco, Carlos Villanueva Blanco, Francisco Villanueva Blanco. Águeda Arévalo, José y Sergio Bolívar, Alvaro Medina,  y Ordóñez  y los docentes Mirian de Chirinos, Marina González, María Reyes, Omaira Correa, Publia Sanchez Zonaida de Bracho Y Pedro Manuel Reyes Ordoñez. Hay otro que ya iré recordando