Hernan Blanco
Quien no ha puesto en práctica en mensaje de Jesús de amar al prójimo como así mismo difícilmente podrá conocer y mucho menos apreciar el valor de la propia vida que posee y la que le rodea; nunca podrá entender la esencia misma de la raza humana, mezcla infinita de genes culturas y saberes que procede de tiempos inmemorables con la emergencia de la familia primitiva, a la cual ciertamente nos encontramos todos los seres humanos estrechamente vinculados.
El que ama la raza humana se amará así mismo, amara a su familia y será capaz de rendir culto de veneración a sus antepasados.
En lo personal yo siento un gran afecto por la familia que no conocí y la que no conozco que aún vive en algún lugar de este mudo. A todos los amo, aunque ignoren mi existencia y les importe un rábano el nexo físico espiritual indestructible que nos une por medio de la sangre, los genes y un mismo principio de vida e historia común.
Mi primer trabajo sobre investigación
genealógica los realice durante mi ejercicio docente en la Escuela
Bolivariana Mataruca del Municipio Colina.
Todo comenzó con un fuerte impulso
motivacional que surgió de pronto a partir de una iniciativa fundamental como
era hacer una reseña histórica de la comunidad que no existía. Esta sola idea
fue una especie de inspiración que hizo posible la concatenación de varias
propuestas que con asombrosa espontaneidad fueron apareciendo
y como por arte de magia se fueron realizado una tras otras.
De todos los logros alcanzados solo el
trabajo genealógico no lo había dado conocer públicamente aunque en las
escuelas José Ramón Álvarez y la Escuela Bolivariana Mataruca hay copia del
trabajo realizado.
Hoy 12 de Marzo de 2018, 14 años después tome
la iniciativa de ponerme a ordenar la información que había plasmado en mis
notas de entrevistas que hice a varias familias, especialmente a la familia
Lugo Zamora y al Inolvidable Saturnino Cueva, a quien le rindo un homenaje con
esta publicación porque nada habría podido hacer sin el aporte de su prodigiosa
memoria, en la cual estaba todo una gran historia genealógica que solo él y
nadie más que él conocía.
El año 2004 fue el más maravilloso de todos
los años vividos como fuente de inspiración porque desde entonces cuando solo
escribía temas musicales y hacia no se me había ocurrido escribir otra cosa.
Desde entonces no he parado de investigar y de escribir sobre varios trabajos
genealógicos en los que me mantengo muy concentrado gracias a esta pasión
que un día tomo cuerpo en mi querida y siempre recordada comunidad de Mataruca,
a toda su buena gente de la que tanto aprendí, de la que mucho recibí y a
la que mucho le di, a la cual agradezco por mi crecimiento intelectual
alcanzado a través de ese grandioso intercambio de saberes que cada quien
guardó para sacarlo a la luz en el momento más oportuno
Coro 12 de Marzo de 2018
Hernán Blanco
FAMILIA AREVALO GÓMEZ